Cuando me preguntan “-¿En que trabajas?- yo respondo -Soy ilustradora, pinto abanicos.”
Siempre, debo dejar bien claro que soy ILUSTRADORA, porque, seamos sinceros, muchos piensan que eso de pintar abanicos es más bien cosa de señoras desocupadas que hacen manualidades en su tiempo libre.
He recibido una formación como ilustradora, y ejerzo principalmente ilustrando abanicos. Mi taller está repleto de telas de algodón, sedas, organzas, cajas repletas de diferentes varillajes, barnices industriales, pinturas miles, pero aun así, cuando visita mi taller algún familiar o amigo, continúan diciéndome eso de “- Y por qué no pintas paraguas” o “ -Y por qué no pintas cajitas de madera.” Con todos mis respetos a la gente que lo hace, yo diseño mis ilustraciones principalmente para abanicos!!!
Porqué es tan difícil de entender?, sinembargo (salvando las distancias) esto no les sucede a los ilustradores y ceramistas que plasman sus maravillosos trabajos sobre porcelanas o cerámica como: Abe de Ape, Favorito Studio, Azarraluqui, o también Los platos de pan.
BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA DEL ABANICO, VEAMOS SI DE ESTA FORMA ABANDONÁIS LOS PREJUICIOS.
Tras indagar sobre la historia del abanico, he averiguado que este siempre ha existido en la mayoría de las civilizaciones, con diferentes formas eso sí, pero, se populariza su uso tras el descubrimiento Científico de América en el s. XVI, que trae consigo la apertura de grandes rutas comerciales.
La Ruta Galeón de Manila, que conectaba Sevilla, Acapulco y Manila (en las islas Filipinas), hizo posible la llegada a España y Europa del comercio del Abanico en el siglo XVI.
Los primeros abanicos que pisaron Europa eran 100% orientales, la mayoría procedían de China, pero posteriormente se adaptaron al gusto Europeo. Pocos años más tarde aparecen gremios en Europa que se dedicaran a la creación de verdaderas y exquisitas obras de artesanía. Orfebres, damasquinadores, bordadoras, pintores etc… formaran parte de un conglomerado de artesanos que se dedicaría exclusivamente al abanico.
Incluso, los pintores Impresionistas le prestaron una gran atención, a Edgar Degas le fascinaba pintar sobre la tela del abanico, la pintora Berthe Moriso pintaba a sus modelos posando con abanicos, o ella misma cuando posaba para otros pintores lo hacía con abanico en mano. En muchas de sus exposiciones colectivas, los Impresionistas dedicaban un apartado a los abanicos que todos ellos habían pintado.
Pero con el nacimiento de la industria mecánica, el artesano es condenado al olvido, principalmente por las diferencias de coste. También tras la I Guerra Mundial el abanico cae en desuso, la mujer reivindica la igualdad de sexos, comienza a utilizar al igual que el hombre, pitilleras, mecheros, etc…, cambian las modas y el abanico ya no lo está.
En España no se abandona su uso, pero si sufre un empobrecimiento estilístico, le dedican atención pequeños pintorcillos de flores (siempre las mismas) y los grandes pintores ya apenas se acuerdan de él, a excepción del ilustrador francés Barbier, al que en futuras publicaciones le dedicaré un espacio.
Continuemos modernizando y renovemos el abanico!!!!!
Bibliografía: RODRIGO ZARZOSA, C (2014). Nuevos Aires para el Museo, La Donanción de abanicos de Adolfo Rincón de Arellano García e Isabel María Castellví Trenor. XVIII Condesa de Villanueva: Valencia